jueves, 27 de marzo de 2008

Teorias politicas y economicas contemporaneas

POLITICA ECONOMICA

La Política Económica es la herramienta o palanca que facilita el logro de designios para provecho de las personas, grupos, clases o estados que poseen o dominan los factores y medios de producción. En la etapa conocida como liberal, todo su andamiaje filosófico del dejar hacer, leyes naturales, manos ocultas, librecambismo y especialización internacional del trabajo, fue la forma de imponer unas reglas de juego de interés exclusivo para los países industrializados de Europa, empeñados en dejar las cosas como estaban, con regiones productoras de materias primas e importadoras de manufacturas, por un lado, y productoras de manufacturas e importadoras de materias primas, por el otro.

El marginalismo neoclásico intentó despojar a la Economía de su cualidad científico-social, para limitarla al papel de la inquietud especulativa, de ciencia menor, se valió de trucos verbales para explicar hechos objetivos de tanta trascendencia como el valor de las mercancías, el precio del salario, o el volumen de la producción. Para entonces (siglo XIX), en una fase distinta de monopolio y dominio del mercado, la capacidad de decisión habría de quedar en manos de los empresarios monopolistas que, de acuerdo con sus con sus cálculos de utilidad óptima (marginal), impondrían las condiciones hasta llegar a encontrar en el trabajo un elemento estéril en la creación de la riqueza, cuando su oferta iba más allá del rigor de sus conveniencias.

En los últimos años del siglo XX, y en los comienzos de éste siglo, la Escuela Económica de Chicago, retoma nuevamente algunos postulados de los marginalistas relativas a las funciones reguladoras del mercado, es simple expresión que se desprende de la voluntad de las corporaciones transnacionales empeñadas en quitar obstáculos a sus ánimos defendidos de dominio de la riqueza y el trabajo de los países del Tercer Mundo.

La tesis Mercantilista dejó establecido que su meta fue la de utilizar el comercio para lograr saldos favorables (comprando barato y vendiendo caro) que facilitaran el acceso al oro y a la plata, como medio de acumulación de capitales al servicio del crecimiento económico de los países europeos.

La tesis Keynesiana tuvo como intención buscar aliciente para superar el marasmo de los recursos disponibles en el período de crisis de los centros cíclicos. Pero nada tenía que ver con los problemas de las economías dependientes, que exigen planes y políticas defensivas de largo plazo. Keynes aspiraba a dejar a un lado el automatismo regulador del mercado propuesto por los neoclásicos, para dar forma a un intervencionismo anticíclico encuadrado en las particularidades de las economías capitalistas dominantes.

Hoy, el neoliberalismo propende por la globalización y por el espejismo de una supuesta igualdad de condiciones entre poderosos dominantes y débiles dominados.



Leyes y Teorías
Cada economía particular, o conjunto de economías con características parecidas, exige una Economía Política, en la cuales la deducción de los hechos, o la teoría explicativa de sus fenómenos, responda a su realidad, con el objeto de deducir el conjunto de estrategias de su política económica. Y aunque pueda aceptarse el concepto de universalidad de ciertas leyes económicas, siempre hay que pensar que deben responder al rigor de las condiciones hipotéticas que suponen, para que puedan jugar un papel de referencias en el campo de las decisiones. Cada realidad es fuente y madre de las deducciones o teorías propias de sus fenómenos.

La Economía Política, como ciencia, está provista de leyes, que solo pueden entenderse como universales en tanto existan, para su cumplimiento, en los sitos donde se apliquen, condiciones semejantes en lo político, espacial e histórico.

Cada realidad, en un tiempo particular, exigirá una deducción teórica que fundamente la estrategia para el alcance de unos objetivos. Lo que es bueno o ha sido bueno para la economía de un país, o de una región, sea cual fuere el sistema político, capitalismo o socialismo, no necesariamente da los mismos resultados en otras.

Definiciones y conceptos
A través de la historia las definiciones y conceptos sobre la Economía Política han sido variados. Naturalmente, corresponden a una situación concreta y a unos intereses particulares, en el proceso del desarrollo.

En el apogeo de la etapa industrial del capitalismo europeo, a la Economía Política se la entendió como ciencia del estudio de la producción y reparto de las mercancías, dominada por leyes naturales perpetuas y ajenas a la voluntad de los hombres. Esto significaba, por una parte, negar su posible relación con la justicia social, o el compromiso de los usufructuarios del sistema, y por otra, la aspiración de extender en el tiempo la organización prevaleciente.

En una época anterior, los Mercantilistas habían definido a la Economía Política como la suma de estrategias al servicio de la búsqueda de saldos favorables capaces de incrementar la riqueza nacional.

Para los socialistas de Europa, la ciencia económica tiene que ver con las relaciones sociales entre los hombres en la actividad productiva, es una relación de clases sociales. La economía Política no se ocupa de la producción, sino de las relaciones sociales de los hombres en la producción.

¿Que es la Economía Política?
El estudio de la Economía Política como ciencia social estudia los fenómenos y relaciones que surgen entre los hombres en el proceso de la producción, distribución y consumo de los bienes materiales, con leyes objetivas que se desprenden de una situación política, en un momento histórico y en un marco geográfico.

Economía y Desarrollo
El estudio de la Economía Política es el estudio del desarrollo económico y social. Cada sistema, o cada etapa dentro de un sistema con una estructura, determina sus instituciones. El hecho económico es fruto de la conducta del ser humano, y como tal, su orientación, su orientación y resultados se entrelazan a su voluntad e interés sociales.

SISTEMAS ECONÓMICOS
El estudio de los sistemas económicos es imprescindible en la Economía Política. Sólo así puede apreciarse su condición de ciencia social, política, histórica y espacial. Cuando se acepta la Economía Política en su dimensión dialéctica, con un cuerpo de leyes y teorías que expresan particularidades de acuerdo con las estructuras e instituciones prevalecientes en un marco geográfico, se le despoja de la superficialidad subjetiva y se le asigna su autentica dimensión de ciencia social.

El examen de los sistemas económicos involucra un profundo significado político, por cuanto permite comprender que los modos de producción han sido y son etapas en el transcurso del desarrollo social de los pueblos. Ningún modo de producción puede considerarse imperecedero, como tampoco es correcto aceptar una identificación integral de sus características y resultados en regiones o países diferentes. Ningún sistema económico ni político perdura por siempre, tampoco las estrategias, o políticas económicas que cada país o región ha de aplicar dentro del marco general de un sistema económico determinado corresponden de la misma manera como se da en otos países o regiones.

Sin embargo, la acción económica no ofrece los mismos resultados. En algunas la gran revolución del sistema capitalista –producción en serie, uso de maquinarias, ampliación del mercado, libertad de contratación y mano de obra especializada- fue génesis de la acumulación y el crecimiento en las economías dominantes, mientras en otras, como es el caso de América Latina, estos niveles de desarrollo no se han dado. Quiere decir lo anterior que lo adecuado y provechoso para algunos países, dentro del marco de un sistema capitalista o socialista, que es benéfico para algunos países no lo es parta otros. Puede hablarse entonces de un capitalismo dominante y de un capitalismo dependiente.

La división de la historia de la economía en períodos determinados estima la necesidad de estudiar las características típicas de los medios productivos de acuerdo con la utilización que de ellos se haya hecho o se haga para explotar los recursos naturales, lo mismo que las relaciones de carácter social que se lleven acabo entre los seres humanos como consecuencia de la estructura predominante. En este sentido la producción es la acción humana sobre la naturaleza. Pero la especie humana existe y produce, no como individuos aislados, sino como miembros de sociedades. Por lo tanto el proceso de producción implica una determinada relación, no solamente entre la sociedad y la naturaleza, sino además entre los individuos mismos.

Aunque a veces se habla de sistema o períodos históricos, es necesario distinguir: los períodos históricos se relacionan con la densidad de población y los instrumentos de producción (en la prehistoria los períodos paleolítico –hordas-, neolítico –genes- y calcolítico –tribu- y sus herramientas de trabajo, en su orden estacas, hachas, flechas) ; mientras los sistemas se fundamentan en las relaciones sociales de producción como las características de la actividad productiva y la apropiación del producto. Es correcto decir que las herramientas de trabajo sirven para distinguir los períodos en la historia del desarrollo, pero no lo es para referirse a los sistemas, por cuanto en un mismo sistema pueden darse períodos distintos de acuerdo con los cambios que se llevan a cabo en su tecnología.

Definiciones de Sistema
Las opiniones que se expresan sobre los sistemas económicos son variadas, aunque se acoja la acepción general de períodos históricos enmarcados en unas relaciones sociales de producción. Para algunos teóricos de la Política Económica los sistemas son conjuntos coherentes de relaciones típicas de producción y de formas de satisfacción de necesidades sociales; otros ven conjuntos coherentes de relaciones económicas relativamente estables, derivadas en un modulo organizativo de las fuerzas de producción, que operan con dependencia de una estructura determinada; o conjunto coherente de instituciones jurídicas y sociales en el seno de las cuales son puestos en práctica, para asegurar la realización del equilibrio económico, ciertos medios técnicos, organizados en función de ciertos móviles dominantes.

El sistema también se concibe como el conjunto de las actividades económicas de cada individuo y las acciones de la autoridad social, la cual, sobre la base y el ámbito del ordenamiento jurídico político, tiende a coordinar los fines individuales con el fin de la sociedad, en cuanto desarrollo y elevación de la persona humana. Marx propone que las relaciones sociales de producción varían, se transforman, al cambiar y desarrollarse los medios materiales de producción, las fuerzas productivas. Las relaciones sociales de producción, forman en su conjunto lo que se llaman las relaciones sociales, la sociedad y concretamente, una sociedad con un determinado grado de desarrollo histórico, una sociedad de carácter peculiar y distinta. (Carlos Marx en Trabajo Asalariado y Capital)

Estructuras e Instituciones
Cada sistema económico, en términos generales, está representado por estructuras, superestructuras e instituciones. La estructura, en este caso, comprende las formas de las formas de tenencia de los factores de producción, como la tierra y el capital, los recursos productivos, los instrumentos de producción, la tecnología, las relaciones sociales de producción, etc.

La estructura es el andamiaje económico, con sus formas de producción, herramientas, técnicas y características que utiliza el hombre en su trabajo. Por ejemplo, en el sistema feudal los instrumentos de producción estaban representados en las herramientas que el artesano empleaba en su trabajo y para su propio provecho. En el capitalismo la producción en serie mantiene una maquinaria de propiedad del capitalista, que es manejada por operarios especializados que venden o contratan su capacidad de trabajo. En el socialismo, propio de países comunistas como la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y la actual Cuba, la maquinaria pertenece al Estado, el cual se encarga de remunerar al trabajador y distribuir en la sociedad, según sus planes y estrategias, el producto social del trabajo colectivo.

Las superestructuras están articuladas al mundo de las ideas, la cultura y las normas legales y morales, que son estamentos de las estructuras. Cada estructura determina una superestructura dada, la cual, a su vez, moldea y cimenta la operancia de esa estructura. Ejemplo: la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción, exige un respaldo jurídico que se recoge en los códigos de derecho civil, comercial, penal etc. todos ellos soportes de la propiedad privada. El derecho laboral, en la misma forma, normaliza las relaciones entre patronos y trabajadores en una sociedad de clase con intereses antagónicos. El pensamiento de las ideologías, hasta cierto punto, también como superestructura, testimonia la base económica.

En las contradicciones que se van dando en las relaciones sociales de producción, surgen actitudes ideológicas que no solo presagian los cambios propios del proceso dialéctico, sino que se muestran como idearios preliminares de una etapa superior.

Las instituciones estatales, entre ellas el ejército y los tribunales, juegan el papel de soportes del sistema prevaleciste. Están a su servicio para proteger los sistemas y conveniencias de la clase social dominante. Las instituciones sociales ordenan las relaciones entre los hombres, sus actividades y conductas en la sociedad. Las instituciones pueden ser políticas, económicas, ideológicas, etc. En las instituciones económicas modernas hay que tener en cuenta los salarios, la división del trabajo y la propiedad. Las tecnologías de punta con sus novedosos medios de comunicación juegan un papel de elemento activo de las instituciones ideológicas.

Como una estructura dada determina una conducta y un pensar, estará acompañada de una ideología y una institución. Sin embargo, como contrapartida de esas condiciones aparece la ideología del cambio, ya para superar la situación dentro del sistema mismo, o para modificar las estructuras con el advenimiento de un nuevo sistema. En el primer caso opera la estrategia defensiva, la política económica; en el segundo caso opera la acción revolucionaria.

Los frutos de la gestión económica en los marcos generales de un sistema no cumplen la misma misión entre regiones y países. Si una región o un país opera bajo el signo de la dependencia, el fruto de su trabajo, como sus recursos naturales, serán succionados por el país o región dominante. De ahí la importancia del estudio de la realidad concreta de cada espacio económico, para poder deducir su cuerpo de teorías, esto es, su Economía Política.




Clasificación de los sistemas
Para el caso de Europa y Asia, de conformidad con las relaciones sociales de producción, se ha logrado un acuerdo, aunque con muchos reparos por parte de algunos teóricos, en la clasificación de la historia económica del hombre de esos continentes. Existe ya una especie de consenso en la aceptación de la existencia, hasta el momento, de seis grandes sistemas:
• Colectivismo primitivo
• Régimen Económico Estatal
• Esclavitud
• Feudalismo
• Capitalismo
• Socialismo Planificado.

La clasificación no quiere decir que en las diferentes regiones sus características en la densidad poblacional, utilización de herramientas de producción y relaciones sociales, fuesen idénticas, ni que el paso de una situación a otra se llevase a cabo en tiempos y condiciones similares. Pero desde una óptica macro histórica, se conviene en aceptar que ellas pasaron, en la propia dinámica del desarrollo, o por la imposición de otros –como sería el caso de la organización esclavista mantenida por el imperio romano durante varios siglos- por esos sistemas.

Para clasificar un sistema hay que tener en cuenta el medio de producción predominante, porque si no se tiene claridad en este punto, pueden suceder confusiones como pasa en el caso Latinoamericano. Por ejemplo, se habla de la existencia de sistemas esclavistas o feudalistas en la época de la Colonia, pues en ella fue utilizada en buenas proporciones la mano de obra negra esclava, o porque la modalidad de la encomienda –con su cobro de tributos en especies y metales y sus límites espaciales demarcados en la explotación y gobierno del encomendero- tuviesen semejanza con el feudo medieval. Sin embargo, las investigaciones más seria y recientes permiten comprobar que dichas modalidades, a pesar de actuar bajo el predominio, y al servicio de un sistema capitalista mercantil que respondía a los intereses del capitalismo europeo de entonces, pueden enmarcarse en como una etapa particular en el desarrollo del capitalismo mercantil y dependiente de la época.

Lo anterior supone pensar que en el proceso dialéctico de los sistemas puede suceder que en una nación donde prevalece un modo de producción subsistan modalidades propias de sistemas anteriores o se puedan estar dando ya manifestaciones de referencia por venir. Es esta, precisamente, la esencia vital del sistema: su permeabilidad, su razón de cambio, hacia nuevas y adecuadas condiciones en el desarrollo social de los pueblos. Los sistemas no pueden entenderse como formas rígidas e impermeables; por el contrario, cada una de esas etapas, pese a sus particularidades de carácter universal, sienten el efecto del momento histórico, el marco geográfico y la situación política.

En América Latina, se da el sistema capitalista, pero con modalidades de dependencia, lo que impide que se aproveche en plenitud el fenómeno de la acumulación y el crecimiento, tal como sucedió en Europa, por cuanto la mayor parte de la plusvalía se va hacia los centros de dominio del capital y la técnica. La falta de una independencia en el manejo y aprovechamiento de una actividad económica en un determinado sistema, es causa del desarrollo desigual. Y esto ha sucedido y sucederá en cuanto no se haga uso de una estrategia defensiva propia y una autonomía.

BIBLIOGRAFIA
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